Psicología de la salud con niños y adolescentes: Importante continuar avanzando

24.11.2024

INTRODUCCIÓN

La infancia y la adolescencia son etapas claves en el desarrollo humano, pero no están libre de riesgos para la salud física y mental. La Organización mundial de la salud (2022) y la UNICEF (2021) señalan que muchos de los trastornos mentales no son detectados ni tratados a tiempo, como lo es la depresión y la necesidad urgente de mejorar y tener un enfoque multidisciplinario que combine el apoyo psicológico y físico para mejorar la calidad de vida.

La infancia y la adolescencia representan periodos del desarrollo vital de suma trascendencia los cuales, lamentablemente, no están exentos de la posibilidad de desarrollar enfermedades físicas y problemas o trastornos a nivel psicológico durante su transcurso. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) pone de relieve datos a tener en cuenta, indicando que la mitad de los problemas de salud mental se inician antes de los 14 años de edad, mientras que la mayoría de los casos no se detectan ni reciben un tratamiento adecuado. Estarían explicados por los trastornos de salud mental, considerándose la depresión entre las principales causas de enfermedad y discapacidad en adolescentes.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2021), estima que alrededor de 80 millones de niños y adolescentes entre 10 y 14 años viven con un trastorno mental. Adicionalmente, arroja que anualmente se quitan la vida cerca de 46 mil niños y adolescentes en edades comprendidas entre 10 y 19 años.

En España también existe todavía una deficitaria atención en salud mental infanto-juvenil, con falta de recursos y personal especializado para llevar a cabo estrategias de prevención y tratamiento de los problemas psicológicos en los menores.

Otros hallazgos previos sugieren apoyo a que la obesidad se relaciona con problemas emocionales. Además, desde la pandemia por Covid-19 también se ha reportado una considerable presencia de dichos problemas en esta población que presenten durante el curso de la enfermedad.

Recibir un apoyo psicológico especializado en función de la enfermedad en cuestión, y desde los primeros momentos tras el diagnóstico, puede ser de gran valor para ayudar a los menores a afrontar mejor ese proceso y favorecer una mejor calidad de vida. En esta dirección, también se ha sugerido la conveniencia de implementar intervenciones desde un enfoque multidisciplinar, incluyendo intervención psicológica y física, en el tratamiento de pacientes con enfermedad crónica que también presenten algún trastorno psicológico.

VALORACIÓN CRÍTICA

Se presenta un estado alarmante sobre el estado de la salud mental en niños y adolescentes, se resalta el aumento de los trastornos mentales y la insuficiencia de materiales y sistemas de salud necesarios para poder abordarlos adecuadamente. Se requiere una acción inmediata por parte de las autoridades sanitarias y educativas para la falta de atención especializada en cuestiones como la depresión y el suicidio juvenil. La integración de la psicología en el tratamiento de enfermedades crónicas son importantes para la detección temprana y las intervenciones multidisciplinarias para mejorar la salud mental de la infancia y la adolescencia.


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